A veces uno cree que vive en otro planeta. Sin duda, cada uno puede ver lo que quiere ver. Todo es subjetivo. Pero igual soy de la idea que hay obras, perfectas o no, que con un mínimo de buena fe o entusiasmo, se pueden ver como lo que son. Quizás es verdad eso que, al final, uno ve lo que quiere ver.
CLEAN me sigue persiguiendo, sobre todo esas imágenes de una Canadá industrial, ese París filmado a la Wong Kar Wai y el grado de solidez, tranquilidad y lucidez que es capaz de transmitir Nick Nolte. Ascanio Cavallo no vio o pudo ver o no quiso ver el corazón de CLEAN y se fijó, supongo, en otras cosas. Es cierto que no hay nada más placentero que ver una película con un "guión perfecto" donde todo calza, cada dato se une al otro. Pero para mi el cine no es sólo datos sino atmósferas, tono, una suerte de soplo vital interno; también creo que las películas, o al menos como ya las entiendo, no pueden ser impostadas, hechas sólo para ganar dinero o quedar bien con el Fondart o el estudio. Tienen que tener una mirada y, ojala, una fisura. CLEAN las tiene. Pronto hablare de DESORDRE, el debut de Assayas que vi acá, en el Cine Tobalaba.
En todo caso, aqui va la crítica de Ascanio C. sobre CLEAN aparecida hoy en La revista del Sábado de EL M.
Quedé un poco triste al leerla porque quizás alguien deje de ir a verla luego de leerla. Por favor vayan a verla. Se la merecen.
No es una película liviana pero, al final, te deja flotando.
eso
Clean
Sábado 12 de noviembre de 2005
Emily Wang (Maggie Cheung) y su hijo Jay (James Dennis): la larga búsqueda del sentido en "Clean".
Ascanio Cavallo
El primer estreno en Chile de Olivier Assayas viene precedido del considerable prestigio de su director como crítico de Cahiers du Cinéma, hijo de un famoso guionista (Jacques Rémy) y titular de una abundante y premiada producción desde mediados de los 80. Indiscutiblemente, Assayas es uno de los cineastas más importantes del cine francés contemporáneo. Lo que no es mucho decir, porque, ahora como siempre, el buen cine francés es escaso y de pocos autores significativos.
Igual que la mayoría de los largometrajes de Assayas, Clean relata una historia con numerosos personajes, muchas peripecias, diversas locaciones y unas trayectorias cuyo sentido último se viene revelar, para los protagonistas y para el espectador, justo cuando parece que no lo tienen. Los sujetos de Clean hablan mucho, en forma superpuesta e incluso en idiomas cambiantes, se mueven con fluidez entre Vancouver, París y Londres, y sus faenas resultan erráticas hasta el último tercio del metraje.
El centro es Emily Wang (Maggie Cheung), la pareja de Lee Hauser (James Johnston), un rockero cuarentón que muere por sobredosis en el primer cuarto de hora. A partir de ese punto, Emily descubre que su adicción a la droga, su arrogancia instintiva y su actitud agresiva la han alienado de las simpatías del mundo. Sólo su suegro, Albrecht (Nick Nolte), le habla con cierto afecto, aunque tampoco está dispuesto a cederle la tuición de su pequeño hijo Jay.
Emily acepta su ostracismo hasta que, en los límites de la supervivencia, recupera su vocación maternal y procura reunirse con Jay, mientras al mismo tiempo intenta despertar sus condiciones creativas y hallar de nuevo un rumbo profesional.
La historia de Emily es la de la búsqueda ciega de una cierta redención en una cadena de pequeños errores amplificados por la acumulación. Cuando Emily dice que "siempre lo arruino todo", es perceptible que el juicio sobre sus propios actos ha alcanzado un deterioro terminal, lo que parece confirmarse por el hecho de que los personajes que la rodean no parecen mucho mejores que ella, y sin embargo no lo pasan tan mal. En adelante, sólo le queda el coraje.
Es una gran idea. Una idea atormentada, angustiosa, llena de ambigüedad.
Pero Assayas filma de una manera singularmente desagradable. Su cámara manual, inestable, excesivamente cercana a los rostros, que usa y abusa del zoom, parece querer transmitir el vértigo interior de sus personajes, y pueden ser tantas las ocasiones en que lo consigue como aquellas en que simplemente produce saturación visual. Es como esos escritores talentosos, pero de lenguaje áspero, que confunden la moda con el estilo: se los lee a pesar de sentir que podrían ser mejores.
Clean
Dirección: Olivier Assayas.
Con: Maggie Cheung, Nick Nolte, Béatrice Dalle, Jeanne Balibar.
Duración: 100 minutos.