Chris Doyle: tomar lo que puedes...
El otro día, en Buenos Aires, un cineasta chino, que gusta mucho de Wong Kar-Wai y andaba con una camarita tomando fotos, me comentó que este Buenos Aires por el que transitábamos rumbo a comidas de jurados poco y nada tenia q ver con lo que él se imaginaba Buenos Aires. Claro, su Bs As era el de Happy Together. Una ciudad, en rigor, no existe; existe en tu imaginario de la manera como se encuadro. Hablando de Kar-Wai, encontré esta entrevista a Chris Doyle, quizas uno de los directores de foto más talentosos de la actualidad. Sus fascinantes e iluminadoras declaraciones se las hizo a Pamela Biénzobas, de Mabuse.cl. Ya el título de la entrevista es revelador: LAS PELICULAS NOS RECUERDAN DE QUE SE TRATA LA VIDA
trozos de la entrevista:
En la película hay una escena inolvidable en Iguazú, conocida por el efecto del agua en el lente, lo que en verdad fue un problema con que se encontraron. Con la misma ligereza con que bromea sobre el faro, Doyle explica a partir de ese ejemplo toda una concepción del cine.
"Es básicamente la manera en que hacemos películas: te apropias de lo que tienes. Tomas lo que puedes, no lo que quieres. Es una gran diferencia entre la manera de hacer cine en Occidente y en Asia", sentencia. "Encontramos la película. Es un proceso mucho más orgánico. Por ejemplo, recién hice una película en Occidente, Lady in the Water (aún sin estrenar), con M. Night Shyamalan (Sexto sentido), una persona maravillosa. Y aunque es indio, su proceso es 'hacemos un story-board y les decimos a las otras personas qué hacer en base a él'. Es una percepción occidental: 'yo quiero hacer algo; tú hazlo por mí', o '¿cómo se hace?', o 'ejecútala'. Es muy sistemático", asegura.
"En el Este es más bien como una Mandala, que gira", gesticula y hace los ruidos respectivos hasta parar de golpe: "y encuentras el centro. Como un jardín Zen, en que el espacio te lleva a un conocimiento. Aunque no quiero ser muy estético acerca del cine".
"En una película de Wong Kar Wai no tienes guión; tienes un gran grupo de personas, y encuentras la película. Y algunas de las películas son realmente hermosas. En Occidente", contrapone, "tienes a Shakespeare, y la cagas. Tienes a Ibsen y la cagas. ¿Cuántas buenas películas sobre Ibsen han visto? ¿Y cuántas buenas sobre Shakespeare? Dos o tres tal vez interesantes, pero ¿cuántas se han hecho? ¡Trescientas! Entonces el guión no es funcional. Shakespeare escribía obras muy estructuradas. Aquí volvemos a la pregunta. ¿Cómo incluyes personalidad, clima, dificultades y errores en tu película? Ésa es la manera asiática, creo. Y ciertamente es mi manera, porque yo soy un error. Nací cinco meses después del matrimonio de mis padres. Así es que estoy acostumbrado a ser un error", cuenta con una carcajada antes de volver al punto de partida, demostrando que en ningún momento se había desviado del tema.
"En esta toma en particular, lo que pasó es que teníamos las cascadas, que son de las más potentes del mundo, así es que había mucho rocío en el aire. ¿Qué haces? ¿Quieres hacer una imagen perfecta? Entonces nos dimos cuenta de que la imagen perfecta era de hecho la que estaba creando el agua, que caía en el lente, que estaba diluyendo la imagen, que estaba diciendo 'soledad'. Pero no lo planeamos. Estoy seguro que en estos últimos años alguien ha vuelto ahí a hacer un comercial que se vea así, imitando nuestro trabajo. ¡A la cresta! ¡Me importa una raja!".
"Uno tiene un gusto estético, si usas anillos, o si te pintas las uñas o si te maquillas en la mañana o usas cierto tipo de camisa. Todos lo tienen. En mi trabajo, porque tienes una cierta experiencia visual y porque no queremos que se vea igual a todo el mundo, confías en esa experiencia visual personal más que la mayoría de la gente. Entonces sí, hay una estética. Pero lo llamaría gusto personal. Es la gran diferencia entre decir 'quiero hacer un film noir', como Tarantino, y entonces imitar un cierto tipo de manera de hacer cine, o decir 'sí, vi películas japonesas cuando era más joven, y por supuesto que hay una influencia, pero ésta es nuestra película'. Si hay una influencia de otras fuentes, no importa porque la forma en que se expresa es más personal. Creo que ésa es una diferencia muy importante, por ejemplo entre Tarantino y Pen-ek. ¡Por supuesto que nada es original! Todo viene de lo que había antes, ya sea la bolsa de valores, o lo que vas a comer mañana, o el tipo de vida amorosa que tienes. Reconocerlo no es ningún problema, mientras lo asimiles como parte de tu propia vida. Y mientras se exprese a través de quién eres. En ese caso tiene un sabor distinto. Por eso un restorán mexicano es mejor que el otro, aunque los dos sean mexicanos", termina con otra de sus metáforas bien terrenas.
"...Lo que quiero decir es que necesitas una referencia para darte cuenta de la integridad de lo que estás haciendo. Por eso ves películas, porque te recuerdan de qué se trata la vida. Espero que sea así. No vemos películas sólo para irnos en volada. No somos niños. Queremos agregar una referencia a nuestra forma de experimentar la vida. Y creo que la literatura o la poesía o una muy buena canción arman un poco más la imagen, llenan los huecos. Sabes que ya lo sabías, pero no te habías dado cuenta hasta ver la película. De eso se trata el cine. De eso se trata la poesía. De eso se trata una buena canción. 'No sabía que sabía esto hasta verlo'. Como un bello y joven italiano en su Vespa que pasa y dice 'ciao bella!'. ¿Acaso eso no te alegra el día? No significa que tengas que tirártelo. Significa que vuelves a casa y abrazas a tu marido o esposa o amante más fuerte. Porque alguien te gritó ciao bella".
"...Ése es mi trabajo: tomar ideas y darles algo más que una imagen. Que casi puedas olerla. Si eso sucede una vez en una película, es una gran película. Así de simple. Ése es mi propósito: llevarte a algún lugar en que digas 'sí, esto es la vida, esto es la tristeza, esto es la belleza…' Mi trabajo es concentrar eso en uno o dos momentos. Eso es lo que puede hacer el cine. O el arte… si quieres decir 'arte'.