cine en su casa
columna de ayer del Wiken...
Viernes 10 de Octubre de 2008
Cine en su casa
Digan lo que digan, el mejor cine, ya sea "de arte" o aquél que los estudios hacían para que se luciera alguien como Paul Newman, ahora se termina por ver en pantallas más pequeñas y en la casa. En televisores o en computadores. Y no me refiero sólo a la buena televisión; me refiero al buen cine. Creo que ni siquiera es algo debatible: aquellos que creen que el cine es un arte o es quizás el mejor arte para mostrar y explorar el comportamiento humano, deben empezar a asumir, sin pena, que no sólo el 35 mm está desapareciendo como soporte a la hora de filmar, sino a la hora de ver.
A cada rato uno se sorprende con un filme que salió de, no sé, Noruega o Tailandia, pero por ser interesante, no llega, llega tarde o apenas pasa, saluda y se va. En los últimos dos años, lo mejor que he visto ha sido en pantallas no tradicionales. Cine en su casa. Literalmente.
¿Pero es el cine el único sitio donde uno debería ver buen cine?
No creo que sea esnob esperar unas semanas para ver Luz silenciosa en un festival lejano al cual estoy invitado. Aún no sé si la darán acá. Allá la podré ver en pantalla ancha. La tengo en DVD en casa, pero verla en pantalla chica es...
¿Qué es?
¿Es una experiencia menor? ¿Inferior?
A veces pienso que el buen cine se va ir acercando a la música: uno se enamora de ciertas bandas en discos, casetes, iPods. Y, quizás, si tienes la suerte, y el dinero, podrías ver a REM o a Madonna o a Dylan en vivo.
Pero ésa es la excepción, no la regla. Excepto la diva en Diva, la ondera y envejecida cinta francesa de los 80, no creo que ningún cantante o banda desprecie la idea de que su música llegue digitalmente a su público.
Pienso en esto mientras en Valdivia llueven estrenos y se exhibe en grande mucho más de lo que quisiera ver. Pero más que nada pienso que me estoy perdiendo una retrospectiva de Robert Bresson en 35 mm (se trata más bien de una suma de estrenos tardíos). Y pienso: me gusta mucho Bresson, un cineasta que claramente no fue la inspiración de los padres fundadores de MTV, pero si me pongo riguroso la verdad es que sólo he visto dos de sus cintas en un cine y en 35 mm.
¿Lo he visto de verdad?
Yo pienso que sí. Y no lo digo con vergüenza. Y si ver un clásico o algo viejo en, digamos,
un DVD de Critierion, no es algo malo o errado, no es hora de empezar a pensar que muchos de los últimos estrenos chilenos quizás hubieran tenido más gente en Video On Demand o en descargas gratuitas o simplemente en DVD.
El tamaño no lo es todo, pero claro, no es tan fácil abandonar décadas de ritos y costumbres: la crítica en el diario, el estreno, la fiesta, la marquesina con el afiche. Debe ser difícil dejar todo eso para un cineasta. Para el público, tanto los cinéfilos duros como el público en general, no ha sido tan traumático: ellos hace rato han optado por quedarse en casa y sólo salir para eventos especiales.
Viernes 10 de Octubre de 2008
Cine en su casa
Digan lo que digan, el mejor cine, ya sea "de arte" o aquél que los estudios hacían para que se luciera alguien como Paul Newman, ahora se termina por ver en pantallas más pequeñas y en la casa. En televisores o en computadores. Y no me refiero sólo a la buena televisión; me refiero al buen cine. Creo que ni siquiera es algo debatible: aquellos que creen que el cine es un arte o es quizás el mejor arte para mostrar y explorar el comportamiento humano, deben empezar a asumir, sin pena, que no sólo el 35 mm está desapareciendo como soporte a la hora de filmar, sino a la hora de ver.
A cada rato uno se sorprende con un filme que salió de, no sé, Noruega o Tailandia, pero por ser interesante, no llega, llega tarde o apenas pasa, saluda y se va. En los últimos dos años, lo mejor que he visto ha sido en pantallas no tradicionales. Cine en su casa. Literalmente.
¿Pero es el cine el único sitio donde uno debería ver buen cine?
No creo que sea esnob esperar unas semanas para ver Luz silenciosa en un festival lejano al cual estoy invitado. Aún no sé si la darán acá. Allá la podré ver en pantalla ancha. La tengo en DVD en casa, pero verla en pantalla chica es...
¿Qué es?
¿Es una experiencia menor? ¿Inferior?
A veces pienso que el buen cine se va ir acercando a la música: uno se enamora de ciertas bandas en discos, casetes, iPods. Y, quizás, si tienes la suerte, y el dinero, podrías ver a REM o a Madonna o a Dylan en vivo.
Pero ésa es la excepción, no la regla. Excepto la diva en Diva, la ondera y envejecida cinta francesa de los 80, no creo que ningún cantante o banda desprecie la idea de que su música llegue digitalmente a su público.
Pienso en esto mientras en Valdivia llueven estrenos y se exhibe en grande mucho más de lo que quisiera ver. Pero más que nada pienso que me estoy perdiendo una retrospectiva de Robert Bresson en 35 mm (se trata más bien de una suma de estrenos tardíos). Y pienso: me gusta mucho Bresson, un cineasta que claramente no fue la inspiración de los padres fundadores de MTV, pero si me pongo riguroso la verdad es que sólo he visto dos de sus cintas en un cine y en 35 mm.
¿Lo he visto de verdad?
Yo pienso que sí. Y no lo digo con vergüenza. Y si ver un clásico o algo viejo en, digamos,
un DVD de Critierion, no es algo malo o errado, no es hora de empezar a pensar que muchos de los últimos estrenos chilenos quizás hubieran tenido más gente en Video On Demand o en descargas gratuitas o simplemente en DVD.
El tamaño no lo es todo, pero claro, no es tan fácil abandonar décadas de ritos y costumbres: la crítica en el diario, el estreno, la fiesta, la marquesina con el afiche. Debe ser difícil dejar todo eso para un cineasta. Para el público, tanto los cinéfilos duros como el público en general, no ha sido tan traumático: ellos hace rato han optado por quedarse en casa y sólo salir para eventos especiales.
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