viernes, septiembre 12, 2008

estrellarse--



o el mal vicio de resumir todos los estrenos de cine con estrellas
o circulos o deditos...
al menos la revista Capital usa % o sea, hay más rango (desde 2% a 100%)
aunque igual el sistema me parece que ya no da para más.

quizas seria bueno empezar a cambiarlo
y si es verdad, como me comentó alguien, que a veces ganas las películas importantes
(lease: Oscar, Cannes), muchas cintas realmente buenas pero no bendecidas por el sistema
terminan en el pantano de las 2 o 3.

¿Cintas como The Motel, x ejemplo, o Man Push Cart tendrían cinco estrellas?
Jamás! Los diarios deben entender que ya no venden o entregan información y menos aún,
servicio de utilidad pública. Para eso está internet. Los diarios y revistas deben entregar
ideas, juicios, arbitrariedad, histeria, argumentos, autobiografía.

Ademas, tiene algo de farándula, de escándalo, esto de las putas estrellas.
Me parece mucho mas digno o interesante destrozar moralmente un filme con argumentos interesantes que contradecir o reducir el texto de una crítica con, digamos, 2 estrellas blancas. No es por defender a Muñoz en LUN pero lo que escribió no da para resumirlo todo como "las peores del año". Es mas fuerte, incluso, creo, simplemente darle palos a una película sin tener que terminar con esas guinas periodísticas hechas "para ayudar al lector"

Roger Ebert quizás es el que más daño a hecho: de pasar a ser un correcto crítico por escrito pasó a ser estrella de TV y, para peor, en definir todo como si fuera un circo romano: pulgar para arriba, pulgar para abajo



¿Es asi la vida?
¿Son así las películas?
En Clarin usan dedos. Solo hay cinco dedos en una mano. Vete a usar tu mano pa pajearte, che.

No siempre en las columnas hay espacio para decir todo lo que uno quisiera. Esto da para rebate. Clarin, LUN, El M, La Tercera, como todos, cae en errores y contradicciones. Errores que sobre todo se ven a la hora del recuento de fin de año. ¿De verdad al final las peores son las peores y las mejores son las mejores? Muchas veces he visto como cintas que han estado muy arriba en la masa critica (premios, nominaciones, sensacion térmica) terminan al medio o por debajo de cintas que envejecerán muy mal.

Es cierto q es una tontera, q no le importa a nadie, quizás, pero a mi si. Y mirando:
los diario serios-serios no usan estrellas o notas. El NYT desde luego no. La vida no es metacritic y metacritic, en todo caso, es una aproximación al texto de las criticas, no al promedio de las estrellas. Metacritic está para aquellos que no desean leer las críticas: a veces uno necesita ese servicio, pero no mezclemos peras con manzanas. Yo, la verdad, cuando ingreso a Metacritic, es para ahorrarme tiempo e irme a las criticas para leerlas. Enteras.

Para estrellas, miro el cielo y miro en Canal E!

pd--Fco Ortega, en esta misma columna, Fuera de Foco, seguirá con el tema, el próximo viernes


Viernes 12 de septiembre de 2008
Estrellarse



por Alberto Fuguet

Es bueno que a veces aparezcan voces disonantes y rebeldes en la prensa tradicional (de papel) para establecer diálogos y acaso, por qué no, guerras. Pero el verdadero crítico, aquel incluso que odia y supura rabia y asco y bilis, debe provocar que la gente vaya al cine ante todo. Debe lograr que asistan o quieran ingresar cuando le gustó y, por cierto, cuando no le gustó. Donde puede ser indiferente es cuando la película lo dejó indiferente. Puedo estar equivocado pero ésa es –creo– el fin de la crítica o la reseña en los medios.

El rol no es recomendar o dar consejos aunque es entendible que algo de eso tenga que hacer. Si es verdad eso de que el periodismo es el borrador de la historia, debiera ser capaz de consignar entonces el estado de las cosas. Tratar de adelantarse y poner esas cintas en el lugar que tendrán en unos años más cuando el ruido mediático cese. Si uno se fija en cómo fueron tratadas Sexo con amor o El chacotero sentimental, uno pensaría que, a fines de los 90, estábamos en plena Nueva Ola. Hoy esas cintas son sandías caladas en televisión y funcionan; funcionan tan bien como aquello que se acostumbra dar a esa hora en la televisión.



Tildar dos cintas chilenas no primerizas como las peores del año suena tentador y hasta divertido. Lo preocupante es que no es cierto. A lo mejor, no son perfectas o, dependiendo de los gustos, a algunos les pueden parecer frías o calculadas. Otros me han dicho que tanto La buena vida y, sobre todo, Tony Manero cargan una moral decrépita o no tienen final o que carecen de redención. Alguien me comentó que eran ateas y que fueron creadas desde el lado oscuro y resentido de la vereda. Puede ser. Eso no hace algo bueno o malo en términos de estrellas. Las cintas de Wood y Larraín pueden ser muchas cosas, pero una cosa sí son por sobre todas: las dos son películas hechas y derechas y, claramente, por el lado que se les mire, no son las peores del año. Ni cerca. De mala fe se podrían decir que son del montón, algo que tampoco es cierto. Entre otras cosas porque con las dos he podido debatir, conversar y hasta pelear. Tony Manero provoca, quizás no siempre de buena fe, pero provoca, inquieta e intriga. Y si eso ocurre con una película, al menos algo está funcionando. Capaz que hasta estén entre las mejores y, por qué no, a lo mejor son las mejores cintas nacionales del año si uno pudiera basarse en los trailers que vienen adosados al logo del BancoEstado.



Sé que este mismo diario utiliza el sistema, esta misma revista. Todos los hacen. Es una convención, y es más importante lo que dice la crítica que el resumen astral. En LUN, por ejemplo, el crítico Leopoldo Muñoz le puso dos estrellas blancas, o sea calificó de malas, a La buena vida y a Tony Manero. Cada crítico tiene el derecho de decir lo que quiera, pero es una lástima que esto se resuma en estrellas. Sobre todo cuando cintas como Saw terminan con más que lo último de Woody Allen. Si vamos a continuar con el sistemita, lo importante sería al menos tratar de no estrellarse y, a fines de año, cuando se haga el recuento, que este sistema tenga algún grado de rigor y presentabilidad. Que el sistema se gane las estrellas.