domingo, febrero 17, 2008

cine o chatarra: hora de tomar una opcion


columna FUERA de FOCO pal WIKEN del viernes de EL M
pude haber escrito mucho mas pero creo q lo q digo está claro:
TVN es el enemigo, BancoEstado es impresentable q auspicie Che Kopete y todo aquello q se está haciendo pa ganar dinero o conquistar a la platea y que, ademas q deja mucho mucho q desear, tampoco está resultando como negocio.

justo lei q tiraron una estatua o algo asi de la Ministra de Cultura al rio Mapocho.
para ser menos anarco: al menos le está entrando agua al plan de la cultura de la Concertación.
el Fondart, TVN y tanto zanco tiene un límite.

aqui va:

La NO Fama:
conocidos fuera de casa

No todo es éxito comercial y no todas las películas nacen con el deseo de lucrar. Existen otras formas de financiamiento.

POR Alberto Fuguet

¿Alguien sabe quién es José Luis Torres Leiva o Alejandro Fernández Almendras? Creo que son pocos, pero no creo que sigan bajo tierra - aunque seguro que quisieran- , por mucho tiempo. Los dos son nombres que van a empezar a sonar o deberían. Tienen que ver más con el cine que con el espectáculo, y durante estas últimas semanas han llegado muy lejos en las canchas donde se juega el mejor cine.


No tan curiosamente, la prensa local no se ha interesado. Es comprensible, pero no justificable. Es cierto: sus cintas no se han estrenado aún, pero ¿cuándo eso ha sido tema? Estos dos cineastas jóvenes son, sin duda, no sólo talentosos y con una mirada distinta, sino que, hoy por hoy, son los nombres que en el mundo del cine serio, clase A, el circuito del cine de autor y de los festivales que no son puras fiestas, surgen cuando salta a la palestra la palabra Chile. Conozco trozos de la obra de ellos y sin duda son un enigma y quizás habría que esperar antes de opinar, pero gente y entidades y festivales que respeto han apostado por ellos, y por eso me han llamado la atención. Confío en ellos. Es más: creo que de alguna manera deben ser tomados como ejemplo. Me gusta la manera que han tenido de acercarse al cine y creo que, en un momento de serias confusiones, estos dos "desconocidos" que aún no han estrenado han demostrado que la no fama y el talento contenido pueden dar frutos.

Lo que se está fraguando no es una nueva ola o un boom, sino algo más a escala humana: una alternativa. Esto no es un desalojo artístico; es la posibilidad de poder hacer arte y no depender necesariamente del apoyo, los fondos o la sensibilidad local. Esto es raro, es curioso, es casi insólito. Claramente estamos entrando en otra etapa. Y para mejor. Una industria que quizás nunca existió está tambaleando y un movimiento que está más preocupado de ver cine asiático que de contar el box office, está naciendo. Las cintas industriales no están triunfando, y cintas menores, como la excéntrica y notable La vida me mata, si bien no han logrado entusiasmar al público en números grandes, sí están entusiasmando a los cinéfilos y a la crítica. "La mejor película chilena del año duró dos semanas", dijo su director, Sebastián Silva, cuando obtuvo el Pedro Sienna. Lo que no dijo es que aquellas cintas titánicas están durando sólo un poco más y generando muy pocos espectadores. Impresionante es el caso de Chile puede que, en términos numéricos, al parecer no se la pudo.



Cada director y productor tiene el derecho de hacer la apuesta que desea, pero lo curioso es que la apuesta segura está cada vez más riesgosa y la apuesta más personal, más independiente, no se está volviendo tan kamikaze. No todo es éxito comercial y no todas las películas nacen con el deseo de lucrar. Existen otras formas de financiamiento que depender de placements impresentables, lazos con el canal de "no–todos" los chilenos y fondos audiovisuales. Hay cineastas que quieren filmar a su manera, expresarse, y que, asumiéndose locales, entienden que existe una sensibilidad global que, tal como ha ocurrido desde siempre en la literatura, implique que una cinta filmada en Valdivia o Chillán pueda interesar y, mejor aún, conectar y emocionar en sitios lejanos y ajenos.



Torres Leiva y Fernández Almendras han arrasado no en el sentido obvio y pedestre, sino de verdad: han logrado el apoyo y reconocimiento de gente, críticos, instituciones y festivales del primer nivel, entre ellos Sundance, Rotterdam y Berlín. Aquí la frase irónica "conocidos en su casa" se aplica. En efecto, al apostar por no ser conocidos acá y sí respetados allá es lo que les está permitiendo filmar cintas de las cuales luego no van a estar arrepentidos. Torres Leiva, gracias a su corto y a sus documentales casi under, pudo filmar El cielo, la tierra y la lluvia y ganar un premio clave en Rotterdam. Fernández Almendras, con Huacho, un largo que se está filmando en Chillán, llegó al set con un World Cinema Fund de Berlín y el premio NHK de Sundance (el mismo de cintas claves para la cinematografía mundial y regional como Whisky y La ciénaga).



Por lo que tengo entendido las dos obtuvieron un Fondo de Apoyo Audiovisual posteriormente a que sus guiones empezaron a impresionar a gente que sí sabe de cine y que no necesita de fama o los currículums políticamente correctos. ¿Es mejor no tener fama acá y sí tenerla afuera? Capaz que sí. Habrá mucho que comentar cuando sus cintas se estrenen y, sin duda, serán más "vigiladas" que una cinta sin esos pedigrís, pero lo que ya han logrado me parece respetable. A veces la no fama puede abrirte muchas puertas, sobre todo si viene de la mano de convicciones, cinefilia y talento.