Renfro, un pupilo aventajado pero errátco: 1982-2008
Brad Renfro ha muerto a los 25.
Muy joven y sin haber logrado lo que pudo haber sido----acaso esa es la pena:
no la edad, sino haberse farreado una carrera que lo
puedo tener trabajando con los mejores y no en cintas de segunda.
Renfro murió en su casa hoy, en Hollywood, al parecer por una sobredosis.
No hay indicios de participación de terceros pero ya llevaba años mezclado con drogas, apresado, al borde.
No fue quizás la estrella joven más grande, quizás nunca fue una estrella, o acaso un gran actor, pero fue un actor e hizo un par de películas buenas y estuvo casi siempre bien en películas quizás inferiores a él. No trabajó con grandes cineastas y no tuvo nominaciones y no participó de ninguna cinta mítica, pero al mismo tiempo tenía un talento natural que pudo explotar más o que algún director sensible pudo sacarle. Pero la vida es complicada y Renfro se complicó y hace unos años su vida, y de paso su carrera, comenzó su downward spiral.
Siempre impacta cuando muere un actor joven, porque siempre se quedará joven. Raro que casi siempre mueren hombres más que mujeres en este mundo de la pantalla. Dudo que Renfro alcance la estrastofera de James Dean o River Phoenix (no tuvo a un Kazán o un Ray o un Van Sant o un Lumet) pero tuvo momentos y, cuando las drogas y el mal comportamiento lo hicieron poco fiable, pasó al cine más independiente, donde sí pudo interpretar algunos tipos dañados y algo perdidos como parece que era él en la vida real.
Es raro: mucha gente se emociona, llora y va incluso a los funerales de gente que no conoció personalmente pero que vieron a través de la tele. A mi me sucede que eso me pasa con la gente del cine. Que muera una persona mayor es entendible y uno puede ver para atrás y recordar todo lo que hicieron. Muchas veces actores famosos creen que van a ser recordados por la cinta que más público tuvo, pero al final de cuentas, pasan a la historia por aquellos trabajos donde se lucieron por el rol, la actuación, el director y eso que muchos consideran superfluo: el guión y la historia.
Renfro no alcanzó a llegar a la cima de su potencialidad pero la tenía. Renfro tuvo algo de Matt Dillon pero no alcanzó a crecer. La gente que trabaja en cine en todo caso vive para siempre. Y Renfro permanecerá, sobre todo, por dos películas:
Apt Pupil de Bryan Singer, basada en el cuento de Stephen King, acerca de un niño precoz
que se hace amigo de un abuelito vecino que resulta ser un criminal nazi (nada menos que Ian McKellan. Una cinta sobre el morbo, la curiosidad, el deseo de ser otro y la liminalidad. No perfecta pero sin duda inolvidable. Una vez lo escribí por ahi: la mejor cinta sobre la dictatura chilena la hizo Brad Renfro. Por qué nadie la hizo acá: un chico aburrido durante un verano se hace amigo de un general en retiro viudo que lo acoje. Quién es bueno? quién es malo? Puede un malo tener gestos de bondad?
La otra es una cinta donde Renfro hace de un tipo básico, algo lento, inculto, sin futuro, pero con buenas intenciones. Un tipo que atiende un Esso Market y que no le pide mucho a la vida. En Ghost World, de Terry Zwigoff, Renfro es acosado y molestado por Scarlett Johanssen y Thora Birch, que sin duda son más inteligentes y en control y él, con tal de estar cerca de estas chicas power, se deja humillar. Sucede.
Otro roles dignos: como un chico violado en una cárcel en Sleepers, de Levinson; Bully, la algo pedófila pero white-trashera cinta de chico playeros perdidos de Larry Clark; y la eficaz El Cliente, donde era él muy chico pero transmitía no poco y era, al final, lo mejor de una cinta comercial sin importancia.
Su última cinta, aun sin estrenar, es The Informers, basada en el libro de cuentos interconectados de Bret Easton Ellis. Veamos que sucede con ella. Material hay de sobra en el libro. Ya se sabrá de qué murió: pero seguro tiene que ver con estar frente a los focos, no confiar en sí mismo e ir viendo como sus amigos tenían carreras más normales y premiadas. Renfro fue un outsider y murió antes de tiempo, probablemente con mucha pena.
No fue quizás la estrella joven más grande, quizás nunca fue una estrella, o acaso un gran actor, pero fue un actor e hizo un par de películas buenas y estuvo casi siempre bien en películas quizás inferiores a él. No trabajó con grandes cineastas y no tuvo nominaciones y no participó de ninguna cinta mítica, pero al mismo tiempo tenía un talento natural que pudo explotar más o que algún director sensible pudo sacarle. Pero la vida es complicada y Renfro se complicó y hace unos años su vida, y de paso su carrera, comenzó su downward spiral.
Siempre impacta cuando muere un actor joven, porque siempre se quedará joven. Raro que casi siempre mueren hombres más que mujeres en este mundo de la pantalla. Dudo que Renfro alcance la estrastofera de James Dean o River Phoenix (no tuvo a un Kazán o un Ray o un Van Sant o un Lumet) pero tuvo momentos y, cuando las drogas y el mal comportamiento lo hicieron poco fiable, pasó al cine más independiente, donde sí pudo interpretar algunos tipos dañados y algo perdidos como parece que era él en la vida real.
Es raro: mucha gente se emociona, llora y va incluso a los funerales de gente que no conoció personalmente pero que vieron a través de la tele. A mi me sucede que eso me pasa con la gente del cine. Que muera una persona mayor es entendible y uno puede ver para atrás y recordar todo lo que hicieron. Muchas veces actores famosos creen que van a ser recordados por la cinta que más público tuvo, pero al final de cuentas, pasan a la historia por aquellos trabajos donde se lucieron por el rol, la actuación, el director y eso que muchos consideran superfluo: el guión y la historia.
Renfro no alcanzó a llegar a la cima de su potencialidad pero la tenía. Renfro tuvo algo de Matt Dillon pero no alcanzó a crecer. La gente que trabaja en cine en todo caso vive para siempre. Y Renfro permanecerá, sobre todo, por dos películas:
Apt Pupil de Bryan Singer, basada en el cuento de Stephen King, acerca de un niño precoz
que se hace amigo de un abuelito vecino que resulta ser un criminal nazi (nada menos que Ian McKellan. Una cinta sobre el morbo, la curiosidad, el deseo de ser otro y la liminalidad. No perfecta pero sin duda inolvidable. Una vez lo escribí por ahi: la mejor cinta sobre la dictatura chilena la hizo Brad Renfro. Por qué nadie la hizo acá: un chico aburrido durante un verano se hace amigo de un general en retiro viudo que lo acoje. Quién es bueno? quién es malo? Puede un malo tener gestos de bondad?
La otra es una cinta donde Renfro hace de un tipo básico, algo lento, inculto, sin futuro, pero con buenas intenciones. Un tipo que atiende un Esso Market y que no le pide mucho a la vida. En Ghost World, de Terry Zwigoff, Renfro es acosado y molestado por Scarlett Johanssen y Thora Birch, que sin duda son más inteligentes y en control y él, con tal de estar cerca de estas chicas power, se deja humillar. Sucede.
Otro roles dignos: como un chico violado en una cárcel en Sleepers, de Levinson; Bully, la algo pedófila pero white-trashera cinta de chico playeros perdidos de Larry Clark; y la eficaz El Cliente, donde era él muy chico pero transmitía no poco y era, al final, lo mejor de una cinta comercial sin importancia.
Su última cinta, aun sin estrenar, es The Informers, basada en el libro de cuentos interconectados de Bret Easton Ellis. Veamos que sucede con ella. Material hay de sobra en el libro. Ya se sabrá de qué murió: pero seguro tiene que ver con estar frente a los focos, no confiar en sí mismo e ir viendo como sus amigos tenían carreras más normales y premiadas. Renfro fue un outsider y murió antes de tiempo, probablemente con mucha pena.
una frase de Renfro:
"Everybody thinks I'm, like, a bad boy. I've had my day, but I just sit at home and play the blues mostly."
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