viernes, octubre 31, 2008

la opcion Wang


Wayne Wang es un cineasta de Hong Kong que inmigró a los Estados Unidos de pequeño. A
a pesar de haber realizado varias cintas "asiático-norteamericanas" indies, su cinta más taquillera es Maid in Manhattan, con Jennifer López. Tb es autor de otras cintas "chick flicks"
como Anywhere But Here y The Joy Luck Club que es una suerte de cintas de mujeres y cinta de inmigrantes asiáticos al mismo tiempo.

Quizás la mejor cinta suya, la que me ha tocado e intrigado más, es Smoke, la cinta escrita por Paul Auster, una extraña y creativa manera de adaptar su "Cuento de Navidad".


A Wang además le gustan los combos. Smoke terminó teniendo una cinta hermana, menor, pero sin duda pariente: Blue in the Face.


Hace poco, Wang estrenó dos cintas indies que, sin embargo, son cintas de mujeres y cintas de imigrantes asiáticas sin caer en la fórmula chick flick. Ambas son claramente primas y una es mas cara y ambiciosa que la otra. Ambas están basadas en textos de la autora Yiyun Li.


La primera se llama A Thousand Years of Good Prayers y, aunque suene raro, fue una cinta "pensada" para el cine. Una cinta de 35mm que se festivaleó y que se estrenó en el cine donde, a nive de taquilla, no pasó mucho. Esto ya no es novedoso. Llegó y se fue, algo que sucede cada vez más con aquellas cintas que no son blockbusters o cuentan con estrellas u Oscars.

Pero la que deseo ver y la que quizás termine siendo una de las peliculas importantes o canónicas del inicio del siglo se llama The Princess of Nebraska y es acerca de una chica china, que está en intercambio en Omaha, que viaja a San Francisco, embarazada y...


The Princess of Nebraska se ha transformado en la primera película clase A, de un autor de peso, que se estrena DIRECTAMENTE en la red.

Y gratis: no cobrando. Ni siquiera pide donaciones.

Lo de NIN y Radiohead ahora pasa al cine.

En este caso a You Tube y su sección-de-lujo llamado The Screening Room
(youtube.com/watch?v=rKgbIz6CM_E)

lo malo es aquellos q nos conectamos fuera de USA y Canada no podemos verlo...

pero es un comienzo
un comienzo de una nueva forma de distribución...
algo legal, jugado y que sin duda nos coloca en un punto del futuro
mientras aun no absorbemos la confusión del presente

el cine seguirá siendo cine, sólo q se está fimando de otro modo y, ahora, distribuyendo
(lo ideal, para mi gusto, es que al final el cine se descargue y se pueda ver, donde uno quiera, en el ordenador o en la tele, o quemando dvds, con un sistema tan rapido y notable como el que tiene iTunes)

Como dato, la cinta se estrenó un viernes y, para el domingo, ya había atraído 140,000 visionados. Una cinta como ésta, normalmente, se hubiera estrenado en dos cines, uno en cada costa. Jamás hubiera llegado a 14o,o00.

Y, lo que piensa Wang, es que a la larga, su película igual iba a llegar a pantallas más chicas donde -necesariamente- tendría que encontrar su financiamento (VOD, Cable, TV, DVD, aviones, etc)

¿como se financia una cinta q se exhibe gratis?
tarea para la casa..
pero mirando las últimos filmes chilenos, claramente no están financiando con la exigua
taquilla en las salas

¿no es mejor tener 50 mil hits que 5 mil espectadores?
no lo sé pero algo me dice que sí
y que llegó la hora de ser creativos

Quizás ayudó además que el NY Times se haya fijado en ella; lo que tb es un hito. Ahora los críticos tendrán que fijarse no sólo en lo que se estrena en las salas sino en otro tipo de pantallas.

todo se está moviendo
creo q es bueno que eso esté sucendiendo...

viernes, octubre 24, 2008

serialidad

writer´s cut de la columna de hoy... 30% mas larga de lo que salió x tema de espacios
nada-- no siempre estoy de acuerdo con lo q escribo, pero a veces ver tres de capítulos de True Blood o de Mad Men.... y todo bien, santo remedio
eso


series
Adictas y reconfortantes


Wikén: 24.10.08
x Alberto Fuguet

Cada tanto, uno se topa con esa película, ese corto, esa cinta de un conocido o un consagrado, que te confirma que cuando el cine gana, te noquea y te aplasta. Quizás sólo el cine es capaz de emocionarte y abrirte los ojos y embriagarte como es capaz de hacerlo. Pero hace tiempo que muchos están tomando en serio las series. Partiendo por aquellos que las hacen y, sin duda, por aquellos que las vemos.

Las series (las series de autor, las que tienden a aparecer en HBO o Showtime pero que también aparecen en otras partes y que a veces incluso son sitcoms o comedias de media hora) tienen dos características no menores que –creo- las hace estar en una liguilla totalmente única: son adictivas pero, más que nada, confortantes.

Aquellos que las siguen semana a semana están pendientes y adictos y sienten que algo no está bien si se las pierden y quedan fuera. Quizás mi interés y compulsión por seguir o ver o consumir ciertas series es porque me gusta pensar que son novelas rusas del siglo decinueve y que tengo más tiempo del que creo para dedicarle horas de paz para ingresar a una realidad que no es la mía y que, sin embargo, es capaz de iluminarme o hacerme recordar cosas que había olvidado.

Cada vez me topo con más gente que me dice que, más que maratones intensas y grupales, se pegan un “fin de semana serial” donde tienden a ver, a lo largo de dos días, una temporada y, si llueve, una temporada y media. Hay algo reconfortante en este rito que, casi siempre, está asociado a la cama y a la comida. El llamado “confort de las series”. Eso de no tener que apostar por algo nuevo sino abrazar aquello que es familiar. Pasar un fin de semana con Dexter o sentirse uno más de los Sopranos o ingresar a terapia con Gabriel Byrne de In Treatment. Conozco un par de amigos que se juntan a ver tres capítulos seguidos de Mad Men como si fuera un rito masónico.


Hace unas semanas me llevé la segunda temporada de Weeds a un festival de cine. Hice bien. Creo que me equilibrió y me sirvió como una suerte de detox luego de ver un promedio de cuatro largometrajes densos y silencioso diarios. Llegaba al hotel destrozado, mal, tenso y abrumado, y ahí estaba Mary-Loise Parker, la dealer más maternal y digna, junto a todos los vecinos del suburbio de Agrestic. Había días que vi tres capítulos hasta las 2 am. Otras veces el sueño me ganaba a los quince minutos. Weeds me sirvió para equilibrar la experiencia limítrofe de estar en otro país, lejos, invadido de personajes y narrativas nuevas.


Mirando Weeds pensé que, más que buena, la razón por la que quería seguir viendo tenía que ver con la familiaridad y con no tener que apostar y correr riesgos, con no tener que invertir aspiraciones y sueños por algo del que no estaba seguro que sería capaz de consolarme-envolverme. Cuando uno ve un filme, uno apuesta, se arriesga, decide optar por algo nuevo, desconocido. Y esa es la gracia, la aventura. Pero hay veces que uno no desea ser un turista ni quiere conocer más; hay veces que uno sólo desea estar en casa, con aquello y aquellos que le son familiar.

sábado, octubre 11, 2008

cine en su casa

columna de ayer del Wiken...

Viernes 10 de Octubre de 2008
Cine en su casa


Digan lo que digan, el mejor cine, ya sea "de arte" o aquél que los estudios hacían para que se luciera alguien como Paul Newman, ahora se termina por ver en pantallas más pequeñas y en la casa. En televisores o en computadores. Y no me refiero sólo a la buena televisión; me refiero al buen cine. Creo que ni siquiera es algo debatible: aquellos que creen que el cine es un arte o es quizás el mejor arte para mostrar y explorar el comportamiento humano, deben empezar a asumir, sin pena, que no sólo el 35 mm está desapareciendo como soporte a la hora de filmar, sino a la hora de ver.

A cada rato uno se sorprende con un filme que salió de, no sé, Noruega o Tailandia, pero por ser interesante, no llega, llega tarde o apenas pasa, saluda y se va. En los últimos dos años, lo mejor que he visto ha sido en pantallas no tradicionales. Cine en su casa. Literalmente.

¿Pero es el cine el único sitio donde uno debería ver buen cine?


No creo que sea esnob esperar unas semanas para ver Luz silenciosa en un festival lejano al cual estoy invitado. Aún no sé si la darán acá. Allá la podré ver en pantalla ancha. La tengo en DVD en casa, pero verla en pantalla chica es...
¿Qué es?
¿Es una experiencia menor? ¿Inferior?

A veces pienso que el buen cine se va ir acercando a la música: uno se enamora de ciertas bandas en discos, casetes, iPods. Y, quizás, si tienes la suerte, y el dinero, podrías ver a REM o a Madonna o a Dylan en vivo.


Pero ésa es la excepción, no la regla. Excepto la diva en Diva, la ondera y envejecida cinta francesa de los 80, no creo que ningún cantante o banda desprecie la idea de que su música llegue digitalmente a su público.


Pienso en esto mientras en Valdivia llueven estrenos y se exhibe en grande mucho más de lo que quisiera ver. Pero más que nada pienso que me estoy perdiendo una retrospectiva de Robert Bresson en 35 mm (se trata más bien de una suma de estrenos tardíos). Y pienso: me gusta mucho Bresson, un cineasta que claramente no fue la inspiración de los padres fundadores de MTV, pero si me pongo riguroso la verdad es que sólo he visto dos de sus cintas en un cine y en 35 mm.
¿Lo he visto de verdad?


Yo pienso que sí. Y no lo digo con vergüenza. Y si ver un clásico o algo viejo en, digamos,
un DVD de Critierion, no es algo malo o errado, no es hora de empezar a pensar que muchos de los últimos estrenos chilenos quizás hubieran tenido más gente en Video On Demand o en descargas gratuitas o simplemente en DVD.

El tamaño no lo es todo, pero claro, no es tan fácil abandonar décadas de ritos y costumbres: la crítica en el diario, el estreno, la fiesta, la marquesina con el afiche. Debe ser difícil dejar todo eso para un cineasta. Para el público, tanto los cinéfilos duros como el público en general, no ha sido tan traumático: ellos hace rato han optado por quedarse en casa y sólo salir para eventos especiales.

jueves, octubre 09, 2008

hablando de cine DIY/cero presupuesto en Quito


este domingo 12 de octubre
en el gran cine Ocho y Medio de Quito (barrio Floresta)
daré una clase...

en rigor, lo que haré es hablar y compartir acerca de lo que ando llamando
Cine (Hecho) en su Casa o una suerte de adaptación de los movimientos DIY o
Mumblecore... nada en rigor nuevo pero totalmente alejado del cine industrial que
no resulta

el encuentro será a las 1o am
y mostraré el corto 2 horas, que está listo, y el clip Ruinas a partir de
un nuevo tema del nuevo disco de Shogún.


quizás tb mostraré otras cosas hechas con este concepto guerrillero

2 horas, a su vez, se exhibirá de nuevo el mismo domingo 12
a las 1915 en el mismo cine


Hoy viernes 10 en los
Multicines CCI se proyecta
Se arrienda, a las 19 y a las 21.
La "película de Gastón" se repite en Ocho y Medio
el sábado 11 a las 1930