viernes, septiembre 28, 2007

la cinefila segun la Sontag


Susan Sontag fue famosa por lo brillantemente inteligente y densa, por sus sesudos ensayos y por mirar todo desde otro angulo. Por un lado era muy de alta cultura y, por otro, gozaba con desentrañar y hacer "valioso" lo más espúreo de la "baja cultura"

en uno de sus últimos libros de ensayos, Cuestión de énfasis, habla de cine y, sobre todo, de la importancia de la cinefilia.


"En la visita semanal al cine se aprendía (o se trataba de aprender) a caminar, a fumar, a besar, a pelear, a sufrir. Las películas daban indiciaciones acerca de cómo ser atractivo, por ejemplo… que va bien llevar una gabardina aun cuando no está lloviendo. Pero fuera lo que se aprendiese en ellos era sólo parte de la vivencia más amplia que consiste en perderse en los rostros, en las vidas que no son la propia: es la manifestación del deseo más inclusiva encarnada en la experiencia del cine. La más intensa era sencillamente entregarse, dejarse llevar, por lo que ocurría en la pantalla. Se deseaba que la película arrebatase...

Difícilmente se encuentra ya, por lo menos entre los jóvenes, ese característico gusto por las películas…. La propia cinefilia es atacada por considerarse algo extraño, pasado de moda, esnob... La cinefilia no tiene sitio en la era de las superproducciones. La razón es sencilla: para la cinefilia una película es un objeto poético. Si la cinefilia ha muerto, el cine ha muerto…

No importa cuántas películas, por muy buenas que sean, se sigan haciendo. Si el cine puede salvarse será únicamente gracias al nacimiento de un nuevo género de amor por él.

jueves, septiembre 27, 2007

filmspotting


hace tiempo q queria postear esto
mi despedida a Sam de Filmspotting
ha hecho q el mundo --o el caminar o andar en metro- ha sido mejor

www.filmspotting.net

es mi podcast favorito

lo recomiendo con creces
y nada-- ahora q me toco hacer un articulo sobre podcasts,
me acorde de Sam Van Halgren

eso


jueves, septiembre 20, 2007

no es donde poner la camara...




Ya lo dijo Kieslowski, el problema no es dónde pones la cámara, sino por qué. Esto lo entendió Bergman a la primera, al darse cuenta de que el territorio natural del cine era el rostro.

Y John Ford, que supo siempre que los más espectaculares paisajes sólo tendrían sentido enfrentados al tamaño de un hombre, encerrados en el marco de una puerta o divisidados desde una pequeña ventana.


También lo entendió el propio John Huston, que se despidió de este mundo y del otro con una de las mejores adaptaciones literarias que se hayan hecho nunca en el cine. En The Dead está todo lo que el cine es capaz de hacer por la gente y sus pequeñas historias.


Y es también la prueba de que el cine es mejor cuando habla de cosas que no se ven, pero que existen.

Ray Loriga
Días Aún Más Extraños

sábado, septiembre 15, 2007

cinepatas de cinco estrellas

Hoy en el SABADO, Paula Escobar entrevista y almuerza con "los 3 tenores" de la crítica de cine nacional.

Me divirtió mucho, subrayé algunas frases y me identifique con muchas respuestas.
Como cinéfilo, el ser crítico es el sueño final, la meta a la que necesariamente hay que llegar.Como realizador, los críticos terminan al "otro lado" y uno desea que estén, claro, de tu lado, algo que pocas veces sucede. Pero sin duda que tanto cinéfilos, críticos, guionistas y realizadores son o deberían ser cinéfilos o cinépatas, como dice Escobar.

Es curioso pero luego de leer esto, capto que, sin duda, yo al menos, tengo más en común con ciertos críticos que con ciertos realizadores y eso es el tema de la cinefilia.

cuesta tanto ser cinéfilo? no creo. O si? Acaso es un sacrificio. Quizás lo sea. Uno -supongo- tiene que dejar mucho de lado
para que todo ese cine puede ingresar y dominar tu espacio, tu corazón, tus lazos, tu tiempo, tus estantes, tu vida.

sigo: un bueno artículo, arbitario y lleno de humor, que pone literalmente en portada una profesion o una obsesion que cada vez tiene menos poder y menos adeptos.

seria ideal que críticos como estos, o críticos más anónimo como, no se, Hermes, pudieran tener acceso a más páginas y más espacio. Quizás por eso está la red: donde sobra el espacio pero donde aún faltan miradas y mirada.

a la pregunta QUE ES UN BUEN CRITICO
Soto responde:

–HS: Un buen crítico es el capaz de entusiasmar a otro con una determinada lectura de una película.

grande
eso--ahora el articulo



ASCANIO CAVALLO, ANTONIO MARTíNEZ, HéCTOR SOTO:
Cinépatas de cinco estrellas

"Enamorarse del cine es previo a la profesión. La profesión es un transporte. Uno podría haber estudiado cualquier cosa y sería cinéfilo igual". De izquierda a derecha: Héctor Soto, Antonio Martínez y Ascanio Cavallo.

SEMANA A SEMANA, PELÍCULA A PELÍCULA, ESTOS TRES DESTACADOS PERIODISTAS HAN DEJADO SUS HUELLAS EN MEMORABLES CRÍTICAS DE CINE QUE LOS HAN TRANSFORMADO EN LOS REFERENTES OBLIGADOS DE ESTE OFICIO EN NUESTRO PAÍS. MIENTRAS ASCANIO CAVALLO ACABA DE LANZAR UN NUEVO LIBRO DE CINE Y HÉCTOR SOTO SE APRONTA A TERMINAR UNO QUE RECOPILA SUS CRÍTICAS, "SÁBADO" LOS REUNIÓ PARA CONTAR SUS VIDAS DEDICADAS A CALIBRAR LA PANTALLA GRANDE.

Por PAULA ESCOBAR CHAVARRÍA


ESCENA UNO: DIOS LOS CREA, EL DIABLO LOS JUNTA

Mientras los otros niños jugaban al trompo, ellos ya estaban instalados en la sala oscura, viendo dos o tres películas al día. Y luego vino la palabra: Héctor empezó a hacer crítica de cine en el colegio. Después, cuando estudiaba Derecho, debutó en radio en un programa con Hvalimir Balic, "Cine proceso". La primera crítica escrita suya apareció en el diario La Unión, a la película Doctor Zhivago. El paso siguiente lo prestigió aún más: fundó, junto a Hvalimir Balic y Sergio Salinas, la revista Primer Plano, siempre en Valparaíso, que sólo duró 6 números, pero fue un referente obligado para muchos cinéfilos.

De hecho, en una conferencia en Viña en esos tiempos –plena UP–, un joven escuchaba a Soto con mucha atención. Era Antonio Martínez: "Yo me acuerdo de Héctor que usaba un montgomery azul...", dice riéndose, frente a la cara de duda de Soto, que tiene un recuerdo aún más sabroso de otro primer encuentro. "Salinas me habló una vez de un chico que sabía mucho de cine y me presentaron a Ascanio. Era muy joven, lo más parecido a ese personaje de la teleserie de la época que era la Pinina, porque sabía todo, todo, todo... Era impresionante". Antonio Martínez también era un poco "pinino": de niño se iba cada tarde al cine del barrio en Viña: programas dobles y triples. Pero no se volcó de inmediato a la crítica. Tras estudiar literatura, se fue a vivir a España después del golpe militar. Allí estudió Periodismo en la Universidad Complutense y debutó como crítico en cine, un diario español.

Mientras, Cavallo ya había terminado de estudiar Periodismo en la U y comenzó en la revista Hoy. Una de las tareas que le encomendó su editor, Guillermo Blanco, era revisar un cajón lleno de crónicas de los corresponsales que jamás habían salido publicadas, ni tenían cara de ser publicadas alguna vez. Encontró muchas de un tal Antonio Martínez. "Guillermo Blanco no tenía idea de quiénes eran los entrevistados –Sam Fuller, Christopher Lee, grandes personajes del cine–, hasta que yo llegué y las publiqué. Un día fui de viaje a Madrid y llamé a Antonio para conocerlo. Me pagó con unas empanaditas asquerosas en la Plaza de España".

La amistad y la sociedad cinéfila partían. Cuando Martínez volvió a Chile, ambos se hicieron cargo de las críticas de Hoy. "En un momento Mariano Silva se fue de la revista y Antonio habló con el director para ofrecernos a nosotros dos como críticos; yo iba de atrás", recuerda riendo Ascanio. En la misma época, Soto –a quien ambos admiraban por sus artículos en Primer Plano– estaba en La Tercera, escribiendo con su mismo grupo de Primer Plano.

Los tres tenores de la crítica ya estaban en su salsa. "Enamorarse del cine es previo a la profesión. La profesión es un transporte. Uno podría haber estudiado cualquier cosa y sería cinéfilo igual", remata Cavallo.

Y vaya que los tres han desarrollado el periodismo profesional con gran éxito. Héctor ha sido editor, entre otros, de Mundo Diners, Paula y Capital, donde se desempeñó como director hasta este mes, y también influyente columnista político. Martínez fue editor cultural del diario La Época, jefe de redacción de la revista Hoy y director editorial de Alfaguara. Cavallo, por su parte, se desempeñó como director de la revista Hoy y del diario La Época, y hoy es decano de Periodismo de la Universidad Adolfo Ibáñez, además de ser destacado columnista político.

Pero el oficio de la crítica de cine ha sido, sin duda, el tronco de su pasión profesional. Donde dejan su pluma, talento, gozo, sorpresa, neuronas, semana a semana, actualmente en las revistas Capital (Soto), Sábado, (Cavallo) y Wikén (Martínez). Son las tres firmas más destacadas de la crítica de cine chilena. Su rigor, capacidad analítica, excelente estilo narrativo y ojo certero los han hecho, además, mantener este sitial por décadas.

Después de varias reticencias, pues cultivan más bien un bajo perfil mediático, aceptaron juntarse a almorzar para desentrañar los misterios de la crítica y la fascinación que ejerce aún la sala oscura. Fue un almuerzo lleno de risotadas, anécdotas, ironías y una memorable reflexión sobre su oficio.

ESCENA DOS: MATINÉE, VERMOUTH Y NOCHE

–¿Cuándo se enamoraron del cine? ¿Han pensado por qué son cinéfilos?

–Héctor Soto: En mi caso es por biografía, porque tenía unos padres muy cinéfilos. Vengo de una familia de Valparaíso, de clase media, mi padre era vendedor viajero. Viajaba mucho, pero cuando él estaba, lo normal era que llegara temprano, se fuera con mi madre a la vermouth, volvieran a la casa a tomar un té y regresaran al cine en la noche. Cuando mi madre quedó esperando a mi hermano, mi padre me llevaba a mí al cine: empezaba a las 10 de la noche el programa doble. Yo veía todo tipo de películas, las que hubiera. Iba todos los días al cine.

–Antonio Martínez: Yo vivía en la calle Quillota en Viña y a dos cuadras estaba el cine Oriente. Llamaba por teléfono a la boletera, la señora Aurora, y le preguntaba si los acomodadores me dejarían entrar, porque las películas eran para mayores de 21, 18 o 14. La primera que vi para mayores de 21 años se llamaba Acosada, con Libertad Leblanc, en el 61 o 62, yo tenía como 9 años. Hasta que salí del colegio. Incluso me llamaban del colegio al cine, porque sabían que estaba ahí.

–Ascanio Cavallo: Yo tengo un tío que era muy cinéfilo. Era un cabrón, porque no sabía mucho de directores, pero sí de actores, leía la revista Ecran. Mi tío se los sabía todos y jugábamos a quien los identificaba primero. Me ponía metas muy altas. Me decía: "Si no has visto Un tiro en la noche de qué estamos hablando". Y yo perseguía las películas por los cines de barrio hasta que las encontraba...

–Una cosa es el gusto privado, pero ¿cuándo deciden hacer de esto una profesión o un oficio?

–HS: Reconozco que a mí me gustaba mucho escribir de cine. Primero en el diario La Unión, luego el mismo grupo que nos habíamos reunido en Primer Plano escribíamos en La Tercera, una página a la semana por 6 años. Creo que el director ni sabía que existía, porque no tenía nada que ver con el diario. En algún momento, como en el año 67 o 68, le dije a Horacio Serrano (su mentor y padre de las hermanas Serrano) que quería dejar de escribir. "Pero si es lo único que tienes que hacer", me respondió. En ese momento me hizo sentido que yo escribiera de cine. Ahí dije "me voy a dedicar a escribir".

–AC: Muchos periodistas que hoy entran a la crítica no eran cinéfilos auténticos en primer lugar. No venían con esto desde chicos, no han visto muchas películas. Nosotros comenzamos con Antonio formalmente en abril del 85. Nos hicimos el propósito de ver todo lo que se daba. No olvidaré nunca que el cine El Golf, cuatro de la tarde, yo y Antonio viendo La Sirenita, y todos los niños con sus papás alejándolos de nosotros. ¡Anda a explicarle a alguien que era para la crítica de cine de la revista Hoy!

–AM: Esas ganas de verlo todo refleja el tiempo que ha pasado. Obviamente hoy ese "todo" existe en muchas partes.. Antes uno tenía que ir con papel y lápiz para saber quién era el director, el fotógrafo, el actor y hacer la ficha técnica.

–HS: Ahora no lo pasaríamos bien viendo todo. Yo no veo todo. Una vez le escuché decir a Alfonso Calderón que a él le seguía gustando el cine, pero cada vez tenía menos resistencia para las películas malas. En un momento a mí me gustaba tanto ir al cine que hasta las malas me gustaban. Llegué a ver hasta cinco al día. En mi mejor año vi 620.

ESCENA FINAL: LOS BUENOS, LOS MALOS Y LOS FEOS

–¿Qué es un buen crítico?

–HS: Un buen crítico es el capaz de entusiasmar a otro con una determinada lectura de una película.

–AM: Un buen crítico está hecho de prosa y persistencia. No decaer frente al cine, seguir adelante, tratar de seguir viendo películas... La persistencia tiene un gran valor en este oficio.

–AC: Un buen crítico no existe... Eso no existe. La gente lee la crítica para saber si el crítico es más tonto que el que está leyendo. Eso es todo... Si son menos tontos, son buenos críticos.

–¿Y cuáles han sido sus peores errores como críticos?

–HS: En El Padrino I siento que la película me quedó grande. Esa película fue creciendo mucho con el tiempo. Con todos los temas y todos los géneros metidos dentro. Tiene guerra, pasión, amor, baile, familia, poder, Estados Unidos, mafia. Creo que ni siquiera la comenté.



–AM: La primera o segunda crítica en la revista Hoy fue sobre los Oscar y ese año competía África Mía, de Sydney Pollack, que yo la encontré espantosa, lo peor, y ganó siete estatuillas.

–AC: Yo confieso que una vez me gustó La aventura es la aventura, de Claude Chabrol. Es una vergüenza que me llevaré hasta la tumba.

–AM: Me parece que me he equivocado en el seguimiento de algunos directores. Hay películas que he elogiado demasiado, sólo por ser de un determinado director.

–Y ya que estamos en eso, ¿cuáles son sus directores favoritos de todos los tiempos?

–AC: Scorsese, Ford, Antonioni.

–AM: Me gusta mucho Charles Laughton, director de La noche del cazador, claro que fue su única película....

–HS: Me están gustando mucho los cineastas orientales últimamente: Won Kar Wai, Tsai Ming Liang, por ejemplo.



Los tres, unánimes: John Ford, Elia Kazan, Hitchcock, Eastwood, Scorsese.

–¿Y qué pasa con el cine chileno? ¿Qué cineastas y películas han valido en la pena?

–AC: Tenemos uno solo en las ligas mayores, Raúl Ruiz.

–AM: Yo creo que hace dos años, cuando coinciden Matías Bize, Sebastián Campos, Alberto Fuguet, Alicia Sherson, fue un buen año. Eran directores en nacimiento, distintos y fue interesante su primer trabajo.

–HS: En general no me entusiasma mucho el cine chileno. Tengo tan asociada la critica con la cinefilia que el cine chileno no me interesa.

–AM: Leonardo Kocking y Miguel Littin alguna vez estuvieron muy enojados conmigo por una crítica. Lo que pasa es que los directores quieren a su película como si fuera un hijo y donde ellos ven belleza y encanto, uno ve fealdad y error. Las películas son hijos del director, pero no del crítico.

–¿Por qué hay tanta gente con ganas de filmar hoy en Chile, es que hay un verdadero boom audiovisual?

–AC: Las tres películas emblema de Chile se hicieron con la misma cámara: Valparaíso, Tres tristes tigres y El Chacal de Nahueltoro. La cámara que había en Chile. Eso te cambia el mercado.

–AM: Ahora las cámaras están en las casas, puedes grabar con un teléfono celular.

–HS: Eso no necesariamente quiere decir que a los nuevos directores les guste el cine o que vean cine. Es muy poco cinéfilo el cine chileno.

–AM: Sólo Raúl Ruiz y Alberto Fuguet son cinéfilos de verdad.

–AC: Yo lo que veo es que los cabros de hoy son cinéfilos de lo actual. No del tronco central, del canon. Lo que es un problema no menor. No se puede escribir si no has leído a los grandes escritores. Todo cinéfilo joven quiere descubrir nuevos maestros.
–HS: Pero para hacer una buena película, no necesariamente tienes que ser cinéfilo. Hay unos directores franceses que son muy cinéfilos, pero que hacen pésimas películas.

–Interesante punto: a los críticos a menudo se los cataloga de cineastas frustrados. ¿Alguna vez quisieron estar tras la cámara?

–HS: Nunca se me ha ocurrido tomar una cámara. No lo digo para jactarme, sino porque lo considero una limitación muy seria. Es una tarea rara hacer las dos cosas.

–AC: No, para nada. Es otro oficio. A uno, además, le pagan por escribir de cine. Esa pregunta hay que hacerla a los que escriben gratis en internet o blogs, que hay miles.

–AM: No, tampoco. Hay gente que quiere ser crítico de cine, porque es un mecanismo de entrada para otros mundos: dirección, guión, producción, relaciones públicas. Para mí ser crítico es el comienzo y el final.

–Para terminar: ¿La mejor película que han visto últimamente?

–HS: A mí gusto Los infiltrados. Me gustó solamente, no me mató. Me encantó una que se estrenó el año pasado llamada El latido de mi corazón.



–AC: Una que aún no se estrena en Chile de David Lynch: Inland Empire. Y como innovador me gusta Gaspar Noé, el director de Irreversible.

–AM: A mi Historia de familia. La estrenaron directo en DVD. Es de Noah Baumbach, que también es guionista. De hace unos años, Vera Drake. Las mejores películas, en todo caso, terminan con el comienzo de algo, pero nunca con un final y por eso pasa lo que pasa: son más grandes que la vida. Y mucho más grandes que la vida de un crítico.


como bonus track, el articulo de hoy anuncia lo que yo he ido anunciado:

El de Héctor Soto se lanza en diciembre. se llama Una vida crítica: 40 años de cinefilia y contiene una recopilación y selección de sus críticas, a cargo de Alberto Fuguet y Cristian Ramírez. Abarca desde el cine chileno a los cineastas favoritos de Soto: Allen, Scorsese y Eastwood. a pesar de la reticencia inicial de soto con este proyecto, de seguro será lectura obigatoria para amantes del cine.

viernes, septiembre 14, 2007

Schrader y los mecanismos de la soledad



devorando la nueva version de TAXI DRIVER, con 2 dvds. Esta llena de extras pero no de extras inútiles. Paul Schrader, que fue el que inventó y creo a Travis, es el encargado del comentario del "autor" (y es raro porque las mejores peliculas de Schrader, donde es mas autor, son aquellos que no fueron dirigidas por el, como Taxi Driver, El Toro Salvaje, la extaña La última tentación de Cristo y, sin Scorsese, La cosa mosquito; acaso sus mejores cintas propias son Light of Day, Gigolo americano y Auto Focus, aunque a mi me gusta mucho la rarisisma y sobregirada Cat People, con una perturbadora y humeda Nastassja Kinksi).

A lo que voy: Schrader este año estrena The Walker, con Woody Harrelson y Lauren Bacall, y es como la quinta entrega de su personaje solitario: el primero es, sin duda, es más clave de todos y es, por cierto, el ingualable Travis Bickle

en el dvd nuevo hay un pequeño documental donde Schrader habla sobre la película, del estado en que estaba cuando la creó
y acerca de lo que el llama LOS MECANISMOS DE LA SOLEDAD


That mechanism of not having what you can get and not wanting what you have is the mechanism of loneliness.
We are not lonely by nature.
We make ourselves lonely.
Travis makes himself lonely.

interesante analisis y uno q hace pensar xq la gente tiende a pensar que es al revés
sobre todo con esto q el mismo Travis cita: I´m God´s Lonely Man,
q hace pensar que Dios así lo quiso...

Scharder da para mucho y le debemos mucho
y aún cuando falla, es un tipo brillante, complejo... gracias a el ingrese a Ozu y a Bresson
y hay dos libros claves en mi estanteria de cine que son de él:
el guion de Taxi Driver
y Schrader on Schrader

mucho de lo poco se de guiones, de como escribir, de como entender un personaje central,
se lo debo al sr. Schrader.

domingo, septiembre 09, 2007

si tienes suerte...

“If you’re lucky, you get to make the same movie over and over again,”
Jean Renoir


estoy de acuerdo
q ojala, a lo largo de mi vida, tenga suerte
q alla arriba alguien me quiera y me deje repetir la misma historia
el mismo cuento
la misma novela
la misma pelicula
el mismo tipo, el mismo perdido, el mismo Matias, Gaston, Agustin, Alfonso, Andoni, Lucas, Beltran, Paul, Simón, Teo,
Santiago, Pascal, quien sea como se llama...

mundos apartes...y sueños distintos

MALTA con HUEVO ya se estrenó y está en los cines desde el jueves pasado (y luego de haber pasado por 3 festivales y no pocos preestrenos). El trabajo se hizo bien y en las salas la gente se rie y la pasa bien. Ojala vaya mucha gente a verla pero algo me dice que ya es un éxito en el sentido que MALTA CON HUEVO ya logró transformarse en parte de la agenda, del inconsciente pop nacional. Esa era la idea.

Creo que la gente que ha estado yendo a los cines ha visto algo distinto, fresco, en nuestra cinematografia. He leido las críticas, casi todas positivas, y los blogs, he visto los comentarios y la entrevistas en la tv, me ha tocado escuchar lo que han dicho en las radios, y estoy muy satisfecho con el apoyo y, sobre todo, con los comentarios

Nos quedo buena y, algo que no siempre sucede, la mayoria de la masa critica está relativamente de acuerdo.



Hoy en La Nacion Dominical viene un divertido articulo al director, Cristóbal Valderrama (lo llevaron a tomar a un bar llamado
FAR WEST) y una crítica que creo q resume lo que han dicho muchos. Aqui, además, compara el filme con Casa de Remolienda, que tb está en cartelera: interesante analisis y el tipo de critica que uno desea tener. No porque sea cien por ciento buena sino porque es inteligente, creativa y certera.
aqui va:

Para quitar la caña

Por Leonardo Miranda
La Nacion Dominical ---9 Sept 07

Hace una semana se estrenó "Casa de Remolienda", siete días después llega a las pantallas "Malta con huevo". Si la primera hace reverencias a la vida de campo, con prostitutas y una imagen anquilosada del pasado, "Malta con huevo" le prende velas a la adolescencia en todo su esplendor: saltos temporales, lenguaje de mensaje de texto, personajes delirantes. Pero entre una y otra hay una gran diferencia: las expectativas de los directores. Eyzaguirre dirige la película que todo director sueña con hacer (grandes paisajes, grandes historias, gran despliegue escénico) y el debutante Cristóbal Valderrama, por el contrario, hace la película que le gustaría ver después del colegio.

Esas dos opciones conviven en las mismas salas de cine y sus públicos serán diametralmente opuestos, tan dispares como el vino y la malta, aunque no extrañaría que a ambas les vaya igual de bien y que los espectadores salgan satisfechos. Pero la mecánica es diferente, y no es que "Malta con huevo" sea excepcional, se hiperventila a ratos y se pierde en su propio absurdo, pero funciona como diversión porque no tiene ambiciones altruistas, sólo quiere ser la película para ver con un copete en la mano, poniendo stop y riéndose de chistes bizarros.



En la cinta se unen dos historias, la de Vladimir (Diego Muñoz) un escultor chanta, flojo y patudo y Jorge (Nicolás Saavedra) un perno, trabajólico y dominado por su novia sadomasoquista (Javiera Díaz de Valdés), unidos sólo por la coincidencia de mudarse a la misma casa y el amor por la malta con huevo. Hasta ese punto la historia perfectamente sería una comedia de dos chicos en un departamento de soltero, pero Valderrama divide la cinta en dos, primero el enfoque de Vladimir, que incluye saltos en el tiempo y luego desde el delirio de Jorge, que resulta ser un maniático con compulsiones asesinas.

Valderrama le hace completo honor al brebaje proteico, mezcla en la juguera todo un despliegue de referencias cinéfilas de pleno gusto juvenil: gore, cine fantástico, splatter, gags y comedia negra, que usa como técnicas para narrar sus enfoques. Si en la primera parte vemos a Vladimir tratando de pasarse de listo, el tono que elije el director es de comedia fantástica, colorinche, con reminiscencias de cintas pop como "Volver al futuro", pero cuando toca el turno de mostrar la realidad "paranoica" de Jorge, Valderrama opta por el gore, el cine negro y toques más oscuros.



Es en este quiebre cuando la cinta se desarma un poco, y todo el humor -inteligente a pesar de ser obvio- de la primera parte, acaba por querer explicarse a punta de voz en off y cierres forzados. Sin querer se le acaban las sorpresas y el esperpento, lo que deja la sensación que le sobran escenas. Pero si algo se le puede reconocer a "Malta con huevo" es que sirve para quitar la caña y salir del cine con la potencial idea que con más psicotrópicos y menos academia las películas chilenas tienen algo nuevo que contar.

domingo, septiembre 02, 2007

Una vida critica--- pronto en tu libreria favorita



este es uno de mis libros del cual estoy mas orgulloso:
en rigor, no es mio y, a su vez, tambien lo es:

se trata de UNA VIDA CRITICA: 40 AÑOS DE CINEFILIA
x Hector Soto

ya empezó a salir en la prensa esta semana (en La 3 de ayer y, me cuentan, en The Clinic)
Llevo unos 2 años armandolo... lo edite junto al critico de cine Christian Ramirez, bajo el auspicio de la UAH
y con Cristobal Fredes como ayudante. Estuvimos muchos y agradables meses y sabados en la bibilioteca y en la Univ
recopilando y seleccionando mas de 2 mil textos de una carrera cinefila q este año cumple cuarenta años.

El libro saldra a fin de año, a comienzo de diciembre, perfecto para Navidad



Será un libro gordo, saldrá via el sello Epicentro, y estará divido en varias partes. Hay muchísimas críticas, escritas en su momento, cdo la cinta de rigor se estrenó en Chile. Soto ha escrito durante estos 40 años en medios tan diversos como La Union de Valpo, Primer Plano, La Tercera, Artes y Letras de EL M, Wikén, Economía y Sociedad, Paula, Diners y, durante los últimos años, Capital.

El libro tendrá un segmento dedicado a tres de los cineastas favoritos de Soto: Woody Allen, Martin Scorsese y Clint Eastwood.

Tb habrá un capítulo sólo con críticas de cintas chilenas.
Desde Tres Tristes Tigres hasta Fiestapatria y -creo- Casa de Remolienda.

el libro está pensado en los alumnos de las escuelas de cines e institutos audiovisuales,
y será devorado -espero- por los cinefilos de todas partes. Tb es un libro guia, pues ciertos textos hara que el lector
vea un film q nunca ha visto o querrá rever algo que no ha visto en años.

El libro tendra un lugar especial en mi biblioteca de cine.
Espero ansioso tenerlo impreso para poder subrayarlo a destajo